El encanto de Greenwich, Connecticut es obvio. Un fácil desplazamiento desde el ajetreo de Nueva York, la ciudad es encantadora, rural y pintoresca. Nuestros clientes, una familia cuyos padres trabajan en Manhattan, buscaban transformar una casa colonial suburbana -seguramente necesitada de una actualización- en una casa familiar cómoda y funcional. Una combinación de diseños rurales y contemporáneos se acentúa con texturas de madera natural y hormigón.
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Empezamos remodelando la cocina, excavando el espacio y añadiendo una sustitución de una pared sólida con ventanas. Las encimeras de cuarzo, un dúo de lámparas de orbe y una mesa de comedor de cristal mantienen el espacio ligero y aireado. Para incorporar algunos elementos locales, se añadió arte ecuestre a una pared de madera recuperada.
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Con una sala de estar que conecta con las áreas de cocina y comedor, se obtuvo una combinación de azules, blancos y acentos de madera. Un deslumbrante sofá seccional con una tela blanca enmarca una chimenea remodelada, creando un área para que todos puedan pasar el rato en familia.
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Un techo de hojas doradas en el rincón de lectura se inspiró en un hotel parisino, que se complementa con paredes grises más tenues y una alfombra de seda de color nube. Las estanterías incorporadas a medida permiten a la familia mostrar sus artículos decorativos.
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